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PORNOGRAFÍA Y ADOLESCENTES
La pornografía se consume. Y actualmente, lo hace más gente, más joven y más frecuentemente. La pornografía y los adolescentes es un tema que suele preocupar a lxs adultxs que tienen hijxs en esas edades.
El porqué del aumento del número de usuarixs, su juventud (preadolescentes y adolescentes) y la frecuencia de uso, se debe a su fácil acceso y a la posibilidad de su visionado en la intimidad, sin llamar la atención y sin necesidad de estar solxs en casa. Eso lo permite la tecnología. Basta con un móvil y listo.
Eso está bien. Siempre y cuando seamos conscientes de que lo que estamos viendo es cine, fantasía. Es una película o un video muy bien editado.
Lxs actores/actrices han sido seleccionadxs para interpretar un papel, un guión les marca los tiempos y un/a director/a dirige la escena.
Cuando quien mira es una persona adulta, todo eso lo sabe. Y utiliza ese material consciente de que no es una realidad. Porque tiene comparativa.
Cuando quien mira es adolescente no es tan consciente, ya que sus experiencias sexuales son nulas o muy escasas. Puede confundirse, otorgar normalidad, y habituarse a estímulos sexuales que no son verdad. Porque no tiene con qué compararlo.
Igual que una peli romántica «Chico guapo conoce chica guapa se enamoran y el amor al final puede con todo» transmite una idea equivocada, simplista y romántica del amor; la pornografía transmite una idea equivocada de lo que son las interacciones sexuales.
Porque:
- Siempre son personas guapas con cuerpos esbeltos y musculados.
- Los genitales están siempre depilados y por encima de la media real. Longitud del pene, pechos en las mujeres y vaginas uniformes en forma tamaño e incluso color.
- En cuanto al tiempo, duración y tipo de interacción sexual ocurre lo mismo. Erección ultrarápida, durabilidad, y siempre como fin último la penetración.
- Todo está permitido y consentido y nunca falla.
- Nadie siente nada distinto al placer. Ni vergüenza, ni miedo, ni sorpresa, ni asco, ni dolor. Sin embargo, la realidad es muy distinta. Y todo esto puede llegar a crear en lxs adolescentes falsas y altas expectativas sobre el sexo. A exigir y exigirse demasiado en cuanto a:
- Rendimiento. El miedo a no estar a la altura, puede provocar justamente lo temido. Que su rendimiento se vea afectado.
- Su cuerpo y órganos sexuales. Sintiendo que no son lo suficientemente válidos o avergonzándose de ser como son.
- Su papel a desempeñar. Creer que debe ser dominante para los hombres y pasivo para las mujeres. Cuando esto depende de cada persona.
- Considerar importante tener orgasmos vaginales y rápidos, considerando todo lo demás accesorio o prescindible. Lo que limita enormemente el disfrute.
- Dar por hecho que todo vale, en lugar de consensuar y respetar los deseos, tiempos y preferencias del otrx. Eso puede llegar a ocasionar malos entendidos y situaciones muy complicadas.
- Mentir por miedo a no estar a la altura.
- Necesitar constantemente estímulos novedosos para conseguir la excitación, si el consumo es muy frecuente. La habituación provoca la necesidad de estimulación novedosa para provocar la misma respuesta.
El sexo es algo muy bonito pero todos somos distintos y sentimos y disfrutamos de manera diferente.
Para disfrutar de interrelaciones sexuales satisfactorias, saludables y plenas debemos conocer la realidad del sexo. Hay que hablar de la pornografía y del sexo con nuestrxs hijxs, alumnxs, o adolescentes a nuestro cargo.
Con tranquilidad, desde nuestra experiencia, sin tecnicismos, con sentido del humor, sin avergonzarnos. Naturalmente.
La educación sexual es necesaria
La pornografía no educa, no es su función. Eso es cosa nuestra.
Escrito por Begoña Albalat