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Para dar sentido a esa frase «Yo no quiero ser machista» voy a empezar con un ejemplo real.
Tengo una hija que trabajó en una tienda de dulces y me contó que un día entró una mamá joven con su hija de unos 6 años a comprar unos paraguas de chocolate para dar a sus amigas en su fiesta de cumpleaños.
La niña cogió la bolsita y empezó a rellenarla de paraguas de color azul.
Cuando la madre se dio cuenta de esto le dijo: «No cariño, coge los paraguas rosas, que esos son de chico»
Y la niña obedeció.
¿Por qué la madre dijo eso?
Quizá quería asegurarse de que a todas las amigas de su hija les gusta el regalo (por tener el color rosa) con lo que conseguiría que su hija se sintiera integrada y feliz en su fiesta.
Ella lo cree así y su intención es buena.
¿Se podría considerar esto un comportamiento machista?
Voy a contestar a esta con otra pregunta
¿Diría esto una madre en una sociedad igualitaria?
Si tu respuesta es «No», la respuesta a la primera pregunta sería «Sí»
¿Qué puedo hacer yo? Yo no quiero ser machista
Todas las personas tenemos ideas/sesgos machistas por la educación que hemos recibido. El truco para no caer en convertir las ideas en hechos empieza estando atentx a esos pequeños detalles e ideas, y entrenando en reconocerlas antes de verbalizarlas.
Además si en este ejemplo la madre hubiera estado atenta y se hubiera dado cuenta podría incluso haber premiado a su hija por escoger lo que le gusta, es decir, por elegir los paraguas de color azul. Y podría hacerlo por ejemplo diciendo «¡Qué bonitos son!».
Eso refuerza a ambas. Ayuda a la madre en su tarea de no perpetuar las ideas que no quiere trasmitir, y a la niña en sentir que sus gustos son aceptados tal y como son.
No se puede querer conseguir lo que creemos que ya tenemos
Sólo si reconocemos el machismo aprendido que hay en todxs nosotrxs, conseguiremos no trasmitirlo y poco a poco acabar con él. Empezando por esas pequeñas cosas cotidianas.