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¿Cómo te respondes a esta pregunta?
¿Cuál es mi propósito en la vida?
Tener un propósito es hacer algo por o para algo, es decir, no hacer por hacer, sino hacer con una intencionalidad, con una finalidad concreta.
Si actuamos en base a un propósito y tenemos buenos resultados, nos sentiremos muy satisfechxs, ya que el esfuerzo habrá merecido la pena. Si no obtenemos buenos resultados, pues no tanto.
Pero en ocasiones hacemos las cosas porque «toca hacerlas», porque no nos queda otra o incluso no sabemos muy bien el porqué, es decir, no tenemos un objetivo concreto. Nos mueve precisamente la ausencia de propósito. Y acabará sucediendo lo mismo: Si sale la cosa bien, nos sentiremos satisfechxs; si no sale bien, pues no tanto.
¿Es más fácil acertar si tenemos claro el porqué?
Pues seguramente sí, más que nada porque lo haremos con más entusiasmo.
Pero lo que no está tan claro es (si acertamos) que ese acierto tenga más o menos importancia en base a cómo lo hagamos.
Con el propósito de vida pasaría algo parecido. Cuando alguien se pregunta «¿Cuál es mi propósito en la vida?» sucede lo siguiente:
- Hay personas que lo encuentran. Quizá tuvieron gente cercana en la que inspirarse, les pasó algo que las ayudó a reconocerlo, o tal vez lo saben desde pequeñas. Y eso está genial, tener las cosas más definidas ayuda.
- Pero hay personas a las que les pasa justo lo contrario, es el propósito el que las encuentra a ellas.
La vida va primero y el propósito viene después.
¿Y qué ?
El problema realmente estaría en creer que tienes que tener claro cuál es el propósito de tu vida, porque si no lo sabes, tu vida no tiene sentido.
Y eso no es cierto.
Vivir es suficiente motivo.
Escrito por Begoña Peraita