¿Qué es el FAT TALK? ¿Porqué no hacerlo?
Las palabras son importantes porque expresan y definen cosas, y son importantes porque las palabras no se las lleva el viento. Permanecen.
Permanecen porque alguien las escucha. Si no las diriges a alguien, las diriges hacia ti misme; eres tú quien las escucha.
Por lo tanto, hay que pararse a pensar antes de hablar, tanto para estar pendientes de lo que decimos como de a quien se lo decimos y también tener en cuenta si hay delante otras personas cuando lo decimos (como por ejemplo niñes). A veces nos salen de la boca sentencias aprendidas, que dañan a quien las escucha, sin saber muy bien ni como.
Por ejemplo, el FAT TALK.
El FAT TALK son todas aquellas palabras que expresan o definen cosas relacionadas con el cuerpo propio o ajeno. Comentarios negativos basados en la critica a su forma, peso, tamaño etc.
Es decir, a la apariencia y también por supuesto palabras sobre lo que deberíamos hacer, no hacer, comer o no comer.
“Has cogido un poco de peso, ¿no? no deberías comerte eso.”
“Ese pantalón te hace gorda, no te lo compres.”
“He comido demasiado, esta tarde voy al gym.”
“Si no pierdo peso antes, paso de ir”
Todo este tipo de comentarios llevan implícita la delgadez como sinónimo de belleza y el cuerpo delgado como el único que te permite divertirte o ser feliz.
Y eso es mentira.
Un cuerpo delgado es un cuerpo delgado, y un cuerpo gordo es un cuerpo gordo, ya.
Todo lo demás que añadamos a eso, es inventado o aprendido.
Hay que actualizarse.
- Decir estas cosas no ayuda en nada.
- No nos vamos a habituar a oírlas; los insultos siempre duelen. Cuanto más las oímos más insatisfacción y sensación de inadecuación sentimos. “Si mi cuerpo no es adecuado, yo tampoco lo soy”.
- Saber que podemos dejar de hacerlo, decidir voluntariamente no participar en algo que ya sé que no sirve para nada. Ni a mí, ni a nadie.
- Aprender a aceptar que por mucho que nos empeñemos no hay dos cuerpos iguales.
- Negarnos a perpetuar la idea de que el valor de una persona, o de mi misme, reside en la apariencia. No es verdad y lo sabemos.
- Reconocer que el cuerpo, queramos o no, cambia, envejece, enferma a veces, engorda, adelgaza…el cuerpo no es inmune a tu vida.
- Aprender a hacer otro tipo de comentarios que no tengan que ver con el cuerpo. “Me gusta tu outfit de hoy”, “Hoy estás radiante” “Hoy te veo contente”, “Me encanta eso que has dicho, eres una persona muy auténtica”
- Decidir ser consciente. Estar más pendiente de si hay niñes a mi alrededor porque se dan cuenta de todo y, si trasladas esta idea de infelicidad o vergüenza corporal, van a enfocar ahí de inmediato.
- Si la conversación con amigues va por ese lugar cambia la conversación o di directamente:
«No quiero hablar de los cuerpos de nadie. Es algo que he decidido no hacer, ¿cambiamos de tema?”
Resumiendo: A la basura con todo eso.
Escrito por Begoña Peraita
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